LA ENTREVISTA
Arq. Vicente Vargas Ludeña 29/12/2014
La industria cinematográfica
hollywoodense elabora con más frecuencia enlatados de mala calidad, pésimo
gusto e ideológicamente aberrantes. Su leitmotiv fundamental es la violencia, con ella adereza escenas épicas
o líricas con charcos de sangre. El cine que alguna vez dejó reflexiones en el
espectador al abandonar la sala, trascendió en el tiempo y se volvió como una
clásica obra literaria capaz de releerla deleitándose; hoy, a decir de Z.
Baugman el celuloide se ha licuefactado, se ha vuelto liquido, efímero, zumbido
al oído y agrio al placer. Claro está, la industria produce lo que el mercado
reclama y consume: mierda.
La película “La Entrevista” de
Sony Picture es un salivazo en la cara del espectador, no por su argumento y
desarrollo que de por si es soso y en la misma línea de la “exitosa y
deslumbrante figura mediática del entrevistador”; sino por la parafernalia
que construyeron para difundirla y
mercadearla. Después de producir el bodrio, que es la película, era necesario
que los titiriteros del dinero y las finanzas muevan todos los tinglados en la
Casa Blanca donde es huésped el Negro Nobel, el Congreso, los lobbies, y todos
los poderes fácticos y cibernéticos, que unos genios de la teatralidad habían
descubierto y creado, que existía en un determinado País (Corea del Norte) una
dinastía y un gobernante tirano,
homosexual, que mata de hambre a su pueblo, narcisista etc.
A nadie escapa la velada
intención que proponía el film: estigmatizar, advertir, burlarse y provocar
políticamente a aquél mandatario que no está en la línea de sometimiento al
gran imperio. Ante cualquier reacción Júpiter tonante desde Washington, tomaría
las medidas de castigo que serán “proporcionales”: como así sucedió. Primero,
ante la expectativa del escándalo, el público premió a los promotores con
dinero. Segundo, la ofensa espera respuesta: se inicia la guerra cibernética.
Se cumple lo que los halcones del Pentágono lo han anticipado: que están preparados
para llevar la Guerra Quinta Generación, también llamada Guerra sin Límites, a las
puertas de cualquier Nación sin disparar un tiro.
La política yanqui actual no se
diferencia de la política tribal de las praderas africanas, sus protagonistas
son elementales, pero causan mucho dolor y miserias, ni el mismo afro-americano
de la Casa Blanca, cuya inteligencia luce cuando escribe, es capaz de hilvanar
un proyecto político coherente interno y externo. Obama ha sido, es un títere,
y no podrá escapar a la manipulación que los diseñadores del Nuevo Orden
Mundial han preparado; lo han arrastrado
a aventuras fascistoides por vericuetos de genocidio y muerte por el planeta,
el poco tiempo que le resta en el gobierno solo servirá para cavar más profundo
su sepultura política. RIP en su
tumba.
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