martes, 18 de noviembre de 2014


LA DERECHA CAMINA TORCIDA

Arq. Vicente Vargas                                                                                                                   11- 2014
En el presente siglo algo se alteró en el cotidiano y rutinario devenir de los pueblos en América Latina. El guinguiringongo de liberales y conservadores, unos fieles asistentes dominicales a misa, los otros hipócritas y anticlericales lo hacían solo en protocolarias Misas de Te Deum; era su única diferencia entre los que se sucedían en el poder. Pero su origen y destino era el mismo: burguesía terrateniente o mercantil, que, por y para ellos gobernaban intermitentemente. Salvo algunas interrupciones militares, educados y adocenados en la matriz del poder neocolonial, cuya misión era la misma: ser intermediarios de la riqueza y  la dominación extranjera Por eso, cuando el militar Hugo Chávez Frías sale ungido mandatario de Venezuela, rica Nación en recursos naturales, las élites de ese País  disfrutaban de un eterno carnaval tropical, la presencia de Chávez los pilló en su permanente resaca; cuando se agotó el néctar de sus placeres despertaron sin el poder. La capacidad de tener, gozar, ordenar y dominar, si lo perdieron era preciso recuperarlo; para ello era necesario poner al fuego toda la parafernalia conocida en los manuales del Imperio para derretir lo que se avecinaba: los actores salieron de sus clubes,  sus episcopados, de las Cámaras,  los bancos,  los cuarteles y de las embajadas: La Tropa estaba lista para “El Golpe”. Fracasaron, pero desde entonces no han cesado en el intento, eligiendo cualquier camino fascista que provoque el fin deseado: la desestabilización, la violencia, la ruina económica y el asesinato.
Bolivia y Ecuador no han escapado a esas alternativas de las burguesías: militares y embajadas, traidores y peones siempre habrán. Cuando “El Golpe” fracasa, siempre existen caminos socorridos para exhibir públicamente el espíritu democrático: las elecciones; incluso sirven para demandar ayudas en Organismos y Naciones extranjeras tutoras.
 El proceso electoral está lleno de vericuetos y zancadillas; si al Presidente que se trata suceder es un don nadie y un fracasado, cualquier aventurero y oportunista está apto para la contienda; al fin, las élites siempre han sabido cómo salir avante en esos menesteres de gobernar a su manera. Pero si el mandatario tiene un proyecto político alternativo: modernizador, socialmente comprometido, regulador y transformador; y su aceptación rebasa toda expectativa electoral, surge la “necesidad y urgencia democrática” de la alternabilidad, porque resulta imposible ganarle las elecciones.  Esa variable la esgrimen como fundamento de su imagen-objetivo de democracia. El remplazo del Burro (demócrata) por el Elefante (republicano) en EE. UU.; puede ser dos veces el Burro una el Elefante alternadamente hasta el fin de los tiempos. Tampoco existen diferencias de objetivos en el gobierno entre estos dos cuadrúpedos, porque el camino es el mismo, las corporaciones que están detrás de cada uno son las mismas, el dinero para las campañas tienen el mismo origen, los intereses que defienden iguales; el Burro y el Elefante llegan al gobierno pero no al poder. Hoy un Burro pardo (demócrata) ocupa la Casa Blanca, pero no ocupa el poder. Es reveladora la serie de televisión estadounidense “House of cards” –al margen una pequeña digresión, es técnicamente de excelente calidad cinematográfica y guión de obra literaria-, ahí se retrata sin pudor el juego político ruin y mafioso en la lucha por el poder, de la sucesión, alternabilidad…como deseen llamar. Ese sistema hace aguas por doquier; pero, para las oligarquías nacionales es la escuela que enseña y el modelo de democracia a seguir.
En el presente siglo las contradicciones del capitalismo han recrudecido las desviaciones de la gobernabilidad, favoreciendo los monopolios, la concentración de la riqueza, las privatizaciones y agudizando la injusticia social. En América Latina después de experimentar con una serie de farsantes y traidores –En Ecuador Bucaram, Gutiérrez…larga lista-, y una lucha cruenta se les pateó el trasero y una consigna: “QUE SE VAYAN TODOS”. Los pueblos pusieron en orden sus aspiraciones y diseñaron una agenda: despreciar la totémica figura del político plagado de vicios, corrupción, sirviente de las oligarquías y sumiso al imperio, con esquemas caducos que no caben en la posmodernidad. A cambio exige juventud, inteligencia, academia o un comprobado pasado de lucha y sobre todo ética; adecuada interpretación de un nuevo marco teórico del Estado y la sociedad. Esta sanitaria medida es una vacuna para evitar su propia extinción. Correa en Ecuador, Evo y Álvaro Linera en Bolivia, Pepe guerrillero en Uruguay En Brasil Dilma; por contagio se inició un proceso para derribar el oprobio y el Estado feudal en España con PODEMOS y una pléyade de brillantes académicos jóvenes, Pablo Iglesias como líder; Grecia sigue la huella del honor y la dignidad con SYRIZA
 La región sigue reciclando carcamales y recetarios neoliberales, sus futuros son de diagnóstico reservado: En América Central Guatemala, Panamá y Honduras son de miedo y sin esperanza; de México no caben las interpretaciones sociológicas ni políticas, se convirtió, después de Colombia, en un narco-Estado, en ese mundo el problema se resuelve con plomo; en Sud América Perú, Colombia este último País vive su propio viacrucis, generado por el bipartidismo, y una recalcitrante oligarquía mafiosa con Álvaro Uribe encumbrado a capo de tutti capi; aunque los medios  titulan a esos Países del primer mundo.
La congregación de la derecha en Ecuador, es eso, un grupo de individuos que tienen un credo, unos hábitos y origen común, tienen los mismos fundadores: patricios y nobles; también alternan con otras formas plebeyas de organización: cárteles y mafias; sus fines son los mismos: defender el poder y servirse de él. Jamás, han sido o son  partidos políticos con estructuras ideológicas solidas y coherentes. Solo para ejemplificar veamos los retratos de las señeras figuras de la derecha ecuatoriana.
Jaime Nebot, figura rezagada del totemismo político, que antes mencioné, se quedó en el siglo pasado con las enseñanzas de su mentor. El Presidente Correa le reconoce inteligencia; Yo encuentro solo coherencia en sus argucias, y amplia experiencia en la política marrullera –la política sin ética es politiquería, dice un pensador-; dentro de ella cabe todo, hasta su despótica presencia y falsa sonrisa. Heredero de un patriarca en eterna descomposición -“Los déspotas viven mucho, pero algún día se mueren”, decía Mario Benedetti-, sin referentes en el presente es una alma en pena en pleno desierto. No ha podido salir de los linderos de la parroquia, su pequeña parcela la convirtió en feudo; sin embargo ahí se amuralló y desde las torres imparte sus designios que sus vasallos y peones los cumplen. ¿Dónde está la Ciudad de Guayaquil pujante, moderna en veinte años de dominio Social Cristiano? (Leer un texto del Autor “Guayaquil, Paisaje y Paradoja”). Electoralmente fuera de Guayaquil no representa nada; lo toleran como vocero de la plutocracia a falta del patriarca ya ido. Nebot no ha escrito una cuartilla de lo cree y pregona; su escuela  denuesta contra la cultura, la inteligencia y todo lo que se le parezca, la teoría es para los vagos, sostienen; su karma mercantil prevalece. No es un tertuliano que conceptualiza o argumenta – es un gritón-, pero es un alfil peligroso en un “Golpe”.
Guillermo Lasso lleva su procesión por dentro, y cuando la exhibe con su feligresía, es igual a un grupo de desangeladas Hijas de María en la Procesión del Rosario de la aurora en las frías madrugadas de un pueblo brumoso. No son nada, ni a nadie representan. Su condición de banquero lo estigmatiza; lo han engañado sus corifeos del exterior y segundones locales; es limitado hasta la estulticia; el diseño minimalista que le asignaron los think tank, es eso: mínimo, miniatura política. Pero igual que Nebot, puede ser torre en el tablero ajedrezado del “Golpe” por su capacidad bancaria.
Mauricio Rodas se encontró la alcaldía de Quito, alguien la abandonó. Este personaje salido de las revistas del corazón, es un emulo del ahora, ya, fracasado Enrique Peña Nieto presidente de México, joven, engominado, más dandi que  líder político; y como su modelo, también, salpicado de barro narco. Estos figurines salidos de los laboratorios de los pensadores tanque, no asistieron a las clases del supramundo de las finanzas globales que es donde tienen éxito los monstruos del neoliberalismo, especialmente europeo. Pero, en un instante se convirtió en ficha importante para futuras conspiraciones.
Terminemos este tour político con la “peonada” que sirve y es muy útil para aviesos propósitos conspirativos de la derecha: los indígenas y la izquierda ignara. Los actuales dirigentes que fungen de indígenas, en tiempo de la Colonia podían haber sido mestizos; y como tales fueron ayer, hoy también, el dogal y  verdugos de su propia raza. Como clama Juan Atampam, en “Boletín y elegía de las mitas” de César Dávila Andrade…”Y vino el mestizo Juan Ruiz, de tanto odio para nosotros / por retorcido de sangre. / A la cocina llevole pateándole nalgas, y ella, sin llorar, / ni una lagrima. Pero dijo una palabra suya y nuestra:/ Caraju. / Y el, muy cobarde, puso en fogón una cascara de huevo/ que casi se hace brasa blanca y que apretó contra los labios”.

De la transida izquierda enana, ya poco queda por decir, porque sobran dedos para contarlos. Su eslogan sempiterno es la lucha contra el sistema. Pero el sistema se convierte, por las leyes de la dialéctica en “régimen”; y esa izquierda infantil ha sido históricamente apéndice de todo “régimen” que nos ha gobernado; ese objetivo siempre los ha llenado de felicidad ¿Entonces contra que fantasma han combatido? Una cuerda al unirse por los extremos redondeándola forma el círculo perverso de la derecha y la izquierda coincidiendo en sus intereses: el problema es el tamaño de esos intereses.

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