jueves, 26 de marzo de 2015

MAFIAS GLOBALES    

Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                            Marzo, 27 2015-03-23
Las características estructurales  de una sociedad determinada, lo definen sus aparatos jurídico, político y naturalmente su andamiaje económico. El nivel de desarrollo material promueve y condiciona  varios y diversos factores culturales, éticos, morales, el arte la ciencia  y la técnica adquieren dimensiones múltiples y vanguardistas. Al interior de estas tesis surgen así mismo los más altos valores civilizatorios  que promueve la sociedad en procura del bienestar material y espiritual de sus integrantes. Pero independiente de la voluntad colectiva surge en la margen opuesta de su universo la antítesis del bien de la existencia ontológica misma, también la de los fines: el mal;   organizando un sistema paralelo de vida y convivencia marcado por la violencia criminal y todas las formas más perversas y degradantes que conducen sin remedio a la muerte abyecta. De eso tratamos de reflexionar en esta nota: La mafia histórica y el “sistema mafioso financiero global”.
La condición humana es un enorme archivo de violencia y crimen. Siempre cumpliendo los instintos del lobo, tragándose al otro; los medios no cuentan, son infinitos; igualmente las causas,  inagotables; tampoco tienen límites de tiempo, será por los siglos de los siglos. La literatura, el cine, las tradiciones orales de los pueblos enriquecen, bañan de sangre y desencanto las páginas, las pantallas y las imaginaciones.
El delito común callejero del truhán en solitario o en pandilla es dañino y pernicioso, porque las víctimas son el escarnio de una sociedad, regularmente, relajada; las calles de las ciudades del mundo están plagadas de ese miedo victimario. Los habitantes de los sistemas carcelarios son malhechores y excrecencias del cuerpo social, independiente de sus orígenes y causalidades; algunas veces victimas de su propio núcleo social. Esto no es objeto de nuestro análisis. La vocería mediática son buitres que se alimentan de esa carroña; a veces fijan en el inconsciente colectivo y crean un  imaginario violador, asesino, prostituta, ratero, drogadicto y toda la fauna de ese submundo.
Para llevar a cabo grandes proyectos criminales se requiere otras instancias y estructuras orgánicas: la participación de la ley y el funcionario corrupto; una cuasi jerarquía y disciplina militar prusiana, es indispensable; La adaptación de los valores  a sus propósitos y al supramundo espiritual que la mafia crea con carácter inmutable, y que debe ser respetada y acatada: el amor filial, la lealtad, la fidelidad, el valor de lo material,  lo social, religioso; el dinero se convierte en el fin y propósito de sus vidas. Con esa parafernalia constituida, sus planes y proyectos echan para adelante con el respectivo deprecio a la sociedad y a la vida. Las relaciones de poder cuentan: la hegemonía territorial, económica, financiera, comercial y la más variopinta de las actividades que puedan y deban redituar riqueza a cualquier precio desde la felonía, la extorsión, el chantaje, la mentira etc.
La mafia es una organización criminal histórica que ha dado muchos frutos desde los albores que apareció el dinero en cualquier lugar de la tierra ¿Por qué el dinero? Sencillo, porque se lo puede almacenar en pequeños espacios; y claro, con él se puede adquirir todo lo material y celestial que se desee, y también el poder. La mafia actúa con todo  desenfado en sus prácticas criminales, a pesar que, a veces guarda cierta compostura frente a la sociedad  hasta exigen estimación y estatus a las élites, a las que también comprometen e involucran en su afán de poder. Los capos regularmente no constan en la listas de huéspedes en las cárceles; si no son inmunes, tampoco son ingenuos, conocen todas las rendijas de la ley. El derrumbe de la mafia regularmente es endógena: las contradicciones y tensiones internas en las jerarquías;  la debilidad de algún miembro felón también es causa erosiva que debilita o implosiona la organización. Otra razón que pueda hacer crujir su estructura, es la presencia de alguna autoridad incorruptible con escudo antibalas  y que haya podido sobrevivir a la arremetida de los gatilleros mafiosos. El cine y la literatura han ilustrado y deleitado por décadas la vida de los gánsteres mafiosos; la obra cumbre de la mafia histórica fue la película de la novela El Padrino de Mario Puzo; como el Quijote de Cervantes la novela de caballería cumbre, con ella agotaba con deleite lo que consumía la sociedad de esos tiempos,  porque nada ni nadie podrían superar la imaginación del Manco de Lepanto; algo similar sucedió con los Corleones en el cine y la literatura gansteril. Sin embargo la industria millonaria del entretenimiento de Hollywood continúa subyugando  con vidas mafiosas a millones de espectadores. La serie televisiva “Los Soprano” es un alarde  inagotable de lo que el crimen cautiva. El hilo conductor es el mismo: dinero fácil, chantaje, asesinatos, rivalidades territoriales y familiares, narcotráfico, prostitución, juegos de azar, sexo, justicia y funcionarios complacientes y todas las concupiscencias del placer.  Los medios son pilares que ayudan a sostener y multiplicar el morbo que llevamos dentro; por supuesto, rellenan también sus talegas de dinero, cuando no, a lo mejor, son también aliados de los mafiosos.
No puedo terminar de dibujar este  sketch sobre la mafia sin mencionar una obra y un personaje insignia de esta literatura: Roberto Saviano y su obra maldita “GOMORRA”. Esta creatura de Saviano resultó ser su calvario desde la publicación, hasta hoy,  jamás puede vivir sin protección en ningún lugar de la tierra, porque los personajes de su obra son vivos “vivientes” lo sentenciaron a muerte según sus propias leyes y  no le perdonan que sus repulsivas prácticas criminales hayan salido a luz a través de este libro, incluso llevado al cine. Gomorra es un libro testimonial, no es ficción.
En el azar del enriquecimiento el individuo, la sociedad, las naciones no contemplan sino al único Dios: el dinero. El desarrollo de las fuerzas productivas en la posmodernidad han trastocado el destino de lo humano: la eterna búsqueda del bien y bienestar. En la rotación de la tierra los engendros que la habitan giran más rápido que las revoluciones del planeta, porque la dialéctica teleológica cambió para mal: se requiere engendros  sólo para el consumo. La cultura del consumo ha depredado y convertido al ser en un despreciable gusano consumista. Esta es la razón del comienzo del fin y delirio por el dinero a cualquier costo; construyendo sistemas mafiosos financieros a nivel planetario con sede en pocos centros de poder metropolitanos: Wall Street, La City de Londres, Hong Kong o Frankfurt; y desde  la arquitectura del esplendor en las inmensas Salas para decidir el futuro del mundo con mesas descomunales al borde de los abismos acristalados en los rascacielos bancarios.
El tinglado teatral del dinero que transfigura todo lo que toca y parece salido de las entrañas de la tierra, ha cambiado el paisaje global. Cuando en algún lugar el magma derretido asoma y fluye desde las profundidades sobre la superficie, en el imaginario, son los sudores que chorrean y que del infierno salen, es la misma imagen de los flujos de dinero que asoman por doquier, derritiendo vidas que no alcanzan a comprender el principio y fin de sus existencias. El averno financiero  plaga al mundo desde algunas décadas atrás y sin saber cuando llegue a su meta; es la expresión más alta, refinada, académica y científica de la mafia global, del crimen organizado constitucionalmente, desde que las sociedades crearon los Estado-nación. El ratero acecha en la oscuridad de la esquina, y da el golpe; la mafia histórica crea un mundo paralelo del negocio sucio en los subterráneos y sobre la calle con una buena dosis de sangre; el “sistema financiero” se vuelve genocida, mata con plomo y de hambre a pueblos enteros desde la Casa Blanca en Washington, de 10 Dowing Street en Londres, desde La Bolsa de Hong Kong o de Frankfurt.
Otra característica del “sistema” es su intangibilidad; su lenguaje casi misterioso  creado  para ser interpretado solo por sacerdotes sectarios; la multiplicación de sus formas y presentaciones del dinero sigue siendo paralelo a las mil y una forma que adquiere la ostia y el vino en el ritual de la misa -una masa de harina sosa se vuelve cuerpo de Jesucristo y el jugo de la uva se trastoca en sangre, según los dogmas católicos-; las velocidades astrales con la que el dinero y sus formas derivadas viajan por el espacio sideral. Lo fundamental de todo el “sistema” es ¿Quiénes y de dónde salen los dueños y sus gurús? Porque los gánsteres protagonistas no son juzgados por los crímenes y atracos que ellos realizan a la velocidad de un “clic” en ninguna parte. En Ecuador existe una cofradía de banqueros ladrones y mafiosos que pasean su impudicia para escarnio de sus víctimas -sin contar con los que en este instante deben estar en plena faena depredadora-.  Preguntas sobran, respuestas no hay.
A continuación reproduzco un texto a fin de que nos ayude a comprender el misterioso infierno del “SISTEMA FINANCIERO”.

Wall Street y los monos 

Una vez llegó al pueblo un señor, bien vestido, se instaló en el único hotel que había, y puso un aviso en la única página del periódico local, estaba dispuesto a comprar cada mono que le traigan por $10. 


Los campesinos, que sabían que el bosque estaba lleno de monos, salieron corriendo a cazar monos. 

El hombre compró, como había prometido en el aviso, los cientos de monos que le trajeron a $10 cada uno sin chistar. 

Pero, como ya quedaban muy pocos monos en el bosque, y era difícil cazarlos, los campesinos perdieron interés, entonces el hombre ofreció $20 por cada mono, y los campesinos corrieron otra vez al bosque. 

Nuevamente, fueron mermando los monos, y el hombre elevó la oferta a $25, y los campesinos volvieron al bosque, cazando los pocos monos que quedaban, hasta que ya era casi imposible encontrar uno. 

Llegado a este punto, el hombre ofreció $50 por cada mono, pero, como tenia negocios que atender en la ciudad, dejaría a cargo de su ayudante el negocio de la compra de monos.. 

Una vez que viajó el hombre a la ciudad, su ayudante se dirigió a los campesinos diciéndoles: 
- Fíjense en esta jaula llena de miles de monos que mi jefe compró para su colección, ni recuerda que los tiene. Yo les ofrezco venderles a ustedes los monos por $35 y cuando mi jefe regrese de la ciudad, se los venden por $50 cada uno. 

Los campesinos juntaron todos sus ahorros y compraron los miles de monos que había en la gran jaula, y esperaron el regreso del 'jefe'... 

Desde ese día, no volvieron a ver ni al ayudante ni al jefe. Lo único que vieron fue la jaula llena de monos que compraron con sus ahorros de toda la vida. 


Ahora tienen ustedes una noción bien clara de: 

Cómo funciona el Mercado de Valores, la Bolsa y Wall Street